La fibromialgia es una enfermedad compleja y como todas las que “no se ven” difícil de entender para los que no la padecen.
Tanto si tienes fibromialgia como si no, te invitamos a que leas este post. ¡El conocimiento es poder!
¿QUÉ ES?
La Fibromialgia es una enfermedad crónica caracterizada por la presencia de dolor musculoesquelético generalizado, que suele ir acompañado de otros síntomas como fatiga y problemas de sueño, parestesias (hormigueos), rigidez articular, cefaleas, sensación de tumefacción en manos, ansiedad y depresión, problemas de concentración y memoria.
Su etiología es desconocida, su diagnóstico clínico y su tratamiento sintomático. O lo que es lo mismo: no se sabe la causa, el diagnóstico se basa en los síntomas de la paciente (no se apoya en ninguna prueba de laboratorio ni pruebas de imagen) y el tratamiento consiste en aliviar esos síntomas según van apareciendo, no existe un medicamento concreto y no tiene cura.
Se da especialmente en mujeres 20:1 (por cada 20 mujeres 1 hombre) de mediana edad. También se da en población infantil, sobre todo en niñas.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
Hasta hace pocos años, el diagnóstico se realizaba presionando 18 puntos del cuerpo de los cuales 11 debían resultar dolorosos. Sin embargo, se ha ido desechando ya que el dolor es muy subjetivo y hay pacientes que no presentan dolor en esos puntos, pero sí tienen muchos de los otros síntomas de la enfermedad.
Desde 2010 el nuevo diagnóstico ha cambiado y se centra más en evaluar a la paciente de forma global, atendiendo a todos sus síntomas y no sólo a esos puntos. Actualmente se tiene en cuenta que:
– El dolor sea generalizado (lados derecho e izquierdo, por encima y debajo de la cintura y en la columna) durante al menos 3 meses.
– Se debe tener dolor en 3 o 4 cuadrantes de los que se muestran en la imagen.
– Deben existir también síntomas como: rigidez articular matutina, parestesias en manos y pies, fatiga-astenia, alteraciones del sueño, cefaleas, … entre otros.
No obstante, el diagnóstico es complejo y es importante que se realice un diagnóstico diferencial con otras enfermedades que comparten síntomas con la fibromialgia (lupus, esclerosis múltiple, miopatías, artritis reumatoide,…) y no caer en el error de meter en el mismo saco a todas aquellas personas que sufran de dolores generalizados o fatiga.
TRATAMIENTO
El mejor tratamiento es intentar mantener la salud física y mental en el mejor estado posible. Para ello es importante:
- Estilo de vida saludable: dieta equilibrada, ejercicio físico y evitar tóxicos como tabaco o alcohol.
- Apoyo psicológico: es primordial tanto por parte de profesionales como de la gente que rodea a la paciente. Terapia cognitivo-conductual junto con otras terapias que ayuden a la paciente a aprender a vivir con la enfermedad, así como el apoyo necesario por parte de familiares y entorno laboral. Frases como “siempre estas cansada” o “siempre te duele todo” no ayudan de ninguna manera. Es recomendable que el entorno conozca y entienda la enfermedad para poder apoyar de forma adecuada.
- Realizar ejercicio físico moderado. Esto puede costar, pero es esencial. El estar luchando contra un dolor constante genera fatiga e irritabilidad lo que hace que la persona no quiera realizar ejercicio porque esto le fatiga aún más, y el estrés y la irritabilidad hacen que el sueño no sea reparador, lo cual no favorece la recuperación de los tejidos durante la noche. Está más que demostrado que el ejercicio físico ayuda a disminuir el dolor, mejora la calidad del sueño y ayuda a mejorar el ánimo.
- Fisioterapia: la fisioterapia puede ayudar en gran medida a disminuir los dolores musculo-esqueléticos y a pautarte ejercicios que mejoren tu estado general. En Oreka tenemos experiencia con esta enfermedad. Llámanos y veremos cómo podemos ayudarte ????
¿QUÉ HAGO? ¿ALGÚN CONSEJO?
Hay que entender que cada persona vive el dolor de una manera distinta, basándose en creencias y factores biopsicosociales. Esto es: a la hora de enfrentarse, en este caso, a un dolor crónico y una sensación de fatiga constante, influye mucho la forma de ser de cada uno, la gente que nos rodea, la predisposición que tengamos a enfrentarnos positiva o negativamente a los problemas, …
Desde nuestra experiencia podemos decir que ningún caso es igual. Pero si podemos darte algún consejo es que luches y que enfoques la enfermedad con positivismo. Es común oír estas frases de pacientes con un perfil positivo:
“Me va a doler igual me queje o no, así que no le hago caso”
“Cuando dejo de hacer deporte me quedo anquilosada y todo me duele más”
Y por supuesto, se permiten sus días más bajitos pero en general son personas que luchan por normalizar sus vidas pese al dolor. NO ES FÁCIL.
Si convives con alguien que lo tenga: sé comprensivo, intenta apoyar y sumar. Y si se te hace cuesta arriba ¡pide ayuda!, los psicólogos están ahí para darnos herramientas y ayudarnos a gestionar lo que no sabemos manejar.
Para cualquier duda o consulta no dudes en llamarnos.
Os dejamos un link a una serie de blogs sobre fibromialgia.
